EXPERIENCIA ERASMUS Mª JESÚS GARCÍA Y JESÚS VIVAS EN BUDAPEST. JUNIO 2018.

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Para empezar a resumir esta gran experiencia, decir que la ciudad ha ayudado mucho a que esta fuera una experiencia tan satisfactoria, así como el centro de trabajo.

La ciudad es muy grande y cosmopolita, donde puedes encontrar de todo y hacer de todo, con eventos muy variados todas las semanas para los diferentes gustos, con un nivel de turismo y población joven muy elevado, donde haces amigos allá donde vas. Siempre recordaremos esas personas que como nosotros, pasaban por aquí en su experiencia Erasmus y quisieron compartirla con nosotros.

Por otro lado, el centro de trabajo ha sido perfecto, con un personal altamente cualificado y con ganas de enseñar y ayudar, siempre atentos a nuestras necesidades y bienestar. Hemos aprendido bastante, tanto a como se trabaja detrás de la recepción de un hotel y en la parte de reservas, como con nuestro inglés, que se ha visto mejorado, y no olvidar el gran crecimiento personal que supone enfrentarte a algo que de primeras te crea cierta inseguridad por los motivos de que no tienes un inglés perfecto, cometerás fallos, vives en otro país que no es el tuyo y con un idioma totalmente diferente, y tienes esa incertidumbre de cómo resolverás los problemas que se vayan planteando. Pero no hay mejor frase que la de “el que quiere puede,” y así ha sido, deseábamos esta experiencia con todas nuestras ganas y todos los pequeños problemas que fueron surgiendo, se fueron resolviendo. Gracias también a ese gran equipo que teníamos detrás, que nos ayudó siempre en todo.

Sin duda alguna, animaría a todas esas personas que se plantean hacer su Erasmus fuera, porque es una experiencia que va a quedar marcada en ti, y por supuesto te ayudará en tu vida futura.

Ahora toca volver a casa con pena porque está experiencia termina, aunque también tenemos ganas de ver a los nuestros, pero no hay nada que alegre más que tener amigos allá por donde vas, y en nuestro caso, nos llevamos amigos de muchas partes, que estamos seguros que volveremos a ver.

Por último agradecer a toda la gente que nos ha apoyado y ayudado a que esto fuera posible, desde familiares hasta amigos, profesores y el equipo de trabajo, que han confiado en nosotros y nos han dado tantos ánimos.
La experiencia Erasmus hay que vivirla.

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